Hojas matutinas 36

 7:52

Comenzaron las clases!

me levanté a las 5:36, desde hace dos o tres días he estado pensando que necesito preparar en a noche las cosas para vestirme en la mañana, por que uso casi 20 minutos para poder comenzar a rezar, hoy no ofue la excepción, por 19 minutos pude hacer media hora de ejercicio, solo hice 20, pero fueron muy productivos por que encontré una parte nueva de la aplicación para correr que te va llevando de la mano, y la verdad en poco tiempo sudé un buen, aparte me sentí muy bien, solo que em faltaron esos 10 minutos.

Con el paso de los días me estoy sintiendo menos susceptible de lo de Susana, que todavía no se arregla, todo esto me ha vuelto a poner a reflexionar acerca de la naturaleza de los instintos sexuales masculinos, esto me ha llamado mucho la atención de lo fácil que es cruzar la línea de lo correcto cuando la mente del hombre está obnubilada por la libido.

Es una libido reprimida la que ocasiona la mayoría de los desordenes sexuales del hombre?¿la cantidad de violaciones debería ser considerada un problema de saludo pública?¿Todos los hombres tienen la capacidad de controlar sus instintos sexuales y solo hace falta educación?¿Es el hombre mas animal que la mujer?¿es posible llegar a reconocer la realidad de los instintos sexuales masculinos sin prejuicios morales?, todas esas preguntas hace un buen tiempo que rondan por mi mente, probablemente originadas en experiencias personales y pláticas con personas de varias edades.

Se me viene a la mente la plática sostenida con dos personas mayores, en esencia parece que el hombre en una relación monógama madura (por la edad) tiene necesidades sexuales que una esposa no alcanza a cumplir. ¿Cómo es eso si el hombre al ir envejeciendo va dejando de tener la necesidad sexual menos urgente y continua que de joven?, no tengo respuestas, creo que mejor resumo dos pláticas que me han dejado pensando y que aunado a mi experiencia justo a esta edad ahora comprendo, aunque me resisto a aceptar.

El señor M.

Un día me pregunta. 

-Bueno Paco ¿Y tu no te das tus recreos los Sábados?

- ¿Cómo que recreos?

- Si, yo por ejemplo: Cuándo trabajaba en la compañía, el Sábado por la tarde era mío, me iba a tomar unas cervezas, después pasaba con las cariñosas y llegaba a casa ya en la tarde-noche bien relajado, contento, con ganas de ver a la familia.

-Yo me reí, sin saber que contestar.

Otra plática muy similar con el señor J.

- Señor J, ¿Cómo está?

-Estoy adolorido de la espalda.

-¿Se lastimó en su trabajo?

-No, me empezó a doler en mi recreo del Sábado, cómo ya sabes mi mujer ya tiene muchos, muchos años que no quiere tener relaciones, siempre está enferma de algo, así que tengo una mujer joven, sobran mujeres así, que lo que quieren es que las trates bien, que les ayudes con algo de dinero y que con gusto tienen relaciones, así no te estás peleando con tu esposa, aunque luego cuando duras mucho tiempo te arriesgas y a veces tienes hijos con ellas, ahorita tengo uno chiquito, de la edad  de mi nieto.

-y ¿No tiene problemas con ella por el tiempo y el dinero para dedicarles a ellos?

-No, ella ya sabe como son las cosas.

Esas pláticas me hicieron pensar que hay un suborden debajo de las cosas, que en su momento critiqué con severidad, pero a la luz de mi situación actual me hace comprender cadaa vez mas hasta que punto eso se vuelve una opción razonable. 

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