El vino y mi Papá IV

El dejar la casa fue un golpe muy duro nos cambiamos a una casa mucho mas chica y mucho mas fea, pero por una parte fue un alivio por que dejábamos atrás muchos problemas, por entonces la salud de mi papá comenzó a deteriorarse muy lentamente, y comenzó con los síntomas tempranos de la diabetes, el siguió tomando y nunca aceptó ir a ningún doctor los problemas con mi mamá se tornaron cada vez mas comunes hasta que se dejaron de hablar cada vez por periodos mas prolongados, el seguía tomando en la cerrajería que estaba en un local junto a la casa y los problemas por peleas fuera de la casa y por que llegaban policías a callarlos se fueron haciendo cada vez mas comunes.

La última vez que peleó con mi mamá duraron casi dos años sin hablarse, hasta que mi mama tuvo valor le pidió primero que se fuera de la casa, como al año le pidió que se fuera de la cerrajería y mi papá comenzó a vivir solo en una casa que supuestamente había comenzado a pagarle a un señor que se la había vendido, era una cas muy pequeña en una colonia muy popular.

Y comenzó a vivir solo y a seguir alimentando un enorme rencor por mi mamá. Buscó un local para la cerrajería y por fin después de casi 20 años comenzó una vida independiente y con responsabilidades. Al tiempo que los estragos de la diabetes comenzaron a ser cada vez mas evidentes, pero el seguía sin tratarse y seguía bebiendo.

El siempre habló de que el podía tener una casa mejor cuidada que lo que lo hacia mi mamá.

Al principio íbamos todos los domingos a desayunar, pero luego del primer año el no tenía agua, o no tenía gas y la casa estaba por lo general muy sucia, y a nosotros nos costaba trabajo y nos daba pena con nuestras parejas y niños estar en su casa, así que poco a poco se fueron acabando los desayunos de los domingos.

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