charla P. Patrick Moisés frente al Mar Rojo
Más allá del desierto.
Moisés.
Un hombre escogido por Dios que tuvo su noche de terror al estar frente al mar rojo y con las tropas del faraón detrás de él.
Su gente los israelitas entran en pánico.
Los ancianos le reclaman por haberlos llevado ahí.
Lo tachan de imprudente y testarudo, un anciano lo insta a hacerle frente y pelear contra los egipcios, uno mas habla de atenerse a la bondad del faraón.
El faraon representa la zona de confort en donde no me comprometo en realidad, el área en donde hay comodidad.
Y cabe preguntarse hasta donde estamos atrapados en esa tentación de tranquilidad, paz, y de que nadie me moleste.
Moisés es entonces la inseguridad del seguimiento de Jesús, la incertidumbre y la exigencia de dejar todo por Dios, es como Moisés en el mar rojo, donde pide a los israelitas ir a lo desconocido, reta nuestra fe.
Las personas buscamos la comodidad y estar bien, el reto de lanfe nos hace quedar solos frente al grupo que quiere regresar a las comodidades del faraón.
Jesús en la cruz estaba frente al mar rojo y la gente le instaba a liberarse con su poder de hijo de Dios, como si lo invitaran igual que a Moisés a regresar a Egipto.
El espíritu del mundo nos empuja en quitar nuestra esperanza an la palabra de Dios y ponerla en otras cosas que nos den seguridad.
En esa discusión Moisés tiene varias opciones:
1. Marcharse y abandonar a las personas en sus tiendas. (Incluso suicidándose)
2. Armar al pueblo, enfrentar al faraón y morir como héroes.
3. Pedirle al faraón oportunidad para regresar.
4. Confiar en Dios, no hacer nada, esperar y afrontar la incógnita de Dios. La fe requiere otras decisiones, un abandono en la fe similar a la de Jesús orando en el huerto. Es fiarse de Dios en los momentos más difíciles.
Ante las exigencias de los ancianos Y las opciones Moisés es el valiente al mismo tiempo que el miedoso, ante un pueblo que le pide regresar con los egipcios y no morir en el desierto Moisés es valiente y se mantiene firme, pero al voltear a Dios tiene el miedo de que el pueblo lo apedree y es presa de la angustia.
Comentarios